La obra única de Villard de Honnecourt consiste en un cuaderno de sesenta y seis láminas cuyo manuscrito aquí reproducido se conserva en la Biblioteca Nacional francesa. Memoria de un arquitecto itinerante, colección de dibujos de un destacado artista, libro de notas de un espíritu inventivo y típico de su tiempo, el conjunto constituye una obra inclasificable y excepcional. Y ello en un momento, a principios del siglo XIII, en el que Europa conoce una explosión arquitectónica sin precedentes que ve nacer entre otras las catedrales de Meaux, Chartres, Reims, Cambrai o Laon. Inmerso, pues, en esa actividad, el autor ha concebido su Cuaderno como manual de enseñanza en el que nos muestra los procedimientos técnicos utilizados, además de dejarnos testimonio de su genio inventor. La edición del Cuaderno se acompaña de cuatro estudios monográficos. Así, la medievalista Régine Pernoud estudia al autor situándolo en su tiempo: Alain Elande-Brademburg analiza el arte de Villard. Jean Gimpel hace lo propio con la maquinaria, y Rolando Bechmann con los dibujos técnicos referidos a procedimientos constructivos.