Notre-Dame de Chartres, Notre-Dame de Beauvais, Notre-Dame de Amiens, Notre-Dame de Senlis, Notre-Dame de Noyon, Notre-Dame de Laon, Notre-Dame de Reims, Saint-Etienne de Sens, Saint-Etienne de Bourges, he aquí el círculo encantado de las catedrales góticas en cuyo centro está Notre-Dame de París. Estos prodigios del arte forman parte del paisaje francés tanto como el Loira, los Alpes o la Costa Azul. Sin ellos, Francia sería un poco menos Francia. Es enorme el número de visitantes que de todo el mundo se reúnen para admirarlas y para rezar en ellas; pero son pocos lo que pueden penetrar verdaderamente todos sus misterios. «Quien llegue sin una preparación ante la portada de Amiens, o ante el pórtico septentrional de Chartres, no logrará penetrar en este universo cerrado. Les hará falta un guía». Escritas en 1898 como prefacio a su tesis sobre El arte religioso del siglo XIII en Francia, estas palabras de Emile Mâle siguen siendo verdaderas; es más, su verdad parece acrecentada hoy, en una época de general empobrecimiento cultural y descristianización como es la nuestra. Gracias a su libro, rico en erudición, claramente estructurado y escrito en un lenguaje sencillo y agradable, el mismo Emile Mâle se convierte en ese guía del que hablaba, del amigo competente que muy a menudo los turistas, cuando se les pregunta, manifiestan desear. Este texto, lejos de parecer superado o inútil por las investigaciones más recientes, parece desafiar al tiempo, como las obras maestras de las que habla. A más de un siglo de su redacción, permanece indispensable compañero, amable y competente, de todos aquellos que aman las catedrales góticas.