No puede negarse a Julio Anguita una importante dimensión social y política después de haber caminado durante décadas en nombre de unos principios, diciendo las cosas claras, enfrentándose al obispo de Córdoba, al gobernador militar en plaza, a Felipe González y a José María Aznar, al rey Juan Carlos de Borbón, a los sindicatos mayoritarios e, incluso, a sus compañeros y compañeras de partido o coalición.Este es un libro que anhela recuperar la pasión por la vida y el entusiasmo por cambiar las cosas. Un libro con un motor en sus verbos. Este libro sueña y, aún más, siente la utopía. Una utopía de lo posible, de lo concreto, de lo cercano e inmediato, de lo perentorio y lo real que merece ser cambiado para que la ciudadanía pueda vivir de otra manera.En estas páginas se explica cómo ha ido asentándose el pensamiento, qué nuevas lecciones ha traído la caída del Muro de Berlín o la descomposición de la Unión Soviética, la creación de la Europa de Maastricht, la OTAN de los últimos tiempos, los nuevos imperios financieros… El proyecto europeo que anunciara Victor Hugo ha sido sustituido por una Unión Europea en la que, junto a la soberanía nacional, se ha perdido también la capacidad de actuar contra el paro o la posibilidad de utilizar nuestras potencialidades, industriales, agrarias y monetarias. Según Julio Anguita, el paro es una cárcel, y el paro juvenil una cárcel a perpetuidad; la precariedad es una condena, la pérdida de horizonte es un presidio y la sensación inducida de que fuera de este horror no hay proyecto es un penal en el que deberían estar quienes, ayer por sus alegrías y frivolidades y hoy por su contumacia en el disparate, ahondan cada día más la tragedia de un país endeudado con la soberanía de los bancos.Es este pues un libro con la memoria puesta en quienes hicieron del ejercicio de pensar su mejor aportación a su militancia vital y política