La ofensa como contaminante emocional: estrategias para lograr un territorio interior armonico
En nuestro mundo existe un mayor calentamiento emocional y global que atmosférico, y es que los seres humanos emitimos a nuestro alrededor todo tipo de contaminantes, siendo la ofensa uno de los más tóxicos.
El sentimiento de ofensa, igual que la vergüenza, la culpabilidad, el resentimiento y el odio, no está escrito en nuestros genes. Todas estas emociones son fruto de nuestra incompetencia emocional, y son toxinas innecesarias que generan sufrimiento, malestar y destrucción.
La ofensa funciona como un filtro mental que rechaza todo lo bueno, lo noble y lo amable; detecta y destaca las huellas de la desconfianza, los indicios de la mezquindad y los restos de la basura emocional que generamos entre todos. Las ofensas son tierra abonada donde crecen el rencor y el resentimiento, contaminan el clima emocional y bloquean nuestra energía creativa.
Este libro trata de la ofensa y del fácil arte de ofender y de sentirse ofendido pero, sobre todo, de cómo ser menos susceptibles a la ofensa y cómo recuperar la paz perdida.