«De vivir Cervantes entre nosotros —escribe Andrés Trapiello— lo seguiríamos viendo como entonces: viejo, solitario, fracasado. Algunos piensan que no, y que le harían académico, le comprarían anteojos nuevos y le colgarían una medalla de los harapos. Qué ilusión.» De esa ilusión, tan cervantina, trata este libro; en él están las vidas de Cervantes, tantas como pudo llevar y no llevó, tantas como llevó y nos son desconocidas, tantas como se le conjeturan desde 1616.