La trama de la historia, enclavada en el más clásico genero negro protagonizado por un investigador perdedor, aquí encarnado por Cornelius Moon, llevará al personaje principal a una búsqueda que le hará visitar a los más variopintos y rastreros personajes, la mayoría de las veces antiguos amigos o conocidos que han sufrido el mismo destino desgraciado que él mismo. Eso sí, la dureza del antihéroe arquetípico impide que aflore la autocompasión, y Cornelius Moon afronta su presente desdichado con estoicismo y sentido práctico, empujado además por los recuerdos de un pasado aparentemente exitoso pero en el fondo vacío de sentido. Mujeres bellas, sucios degenerados, desequilibrados mentales, traición, venganza, frases lapidarias, todo ello arropado por una ambientación muy lograda y engarzado por una narración fluida que no se sale en ningún momento de los cánones impuestos por el género utilizado.