Bienvenidos al futuro. es un lugar inquietante, corrupto y superpoblado. Ni más ni menos como el presente, pero en este porvenir incierto existe el periodista Spider Jerusalem. Dotado de un olfato finísimo para la noticia, Spider le toma el pulso a la actualidad destilando veneno en cada uno de sus artículos. En esta ocasión investiga el destino de los reanimados, asiste a la conversión del amor en un virus informático y trata de esquivar la última voluntad de su exesposa, que incluye un encuentro cara a cara con el hijo de ambos. si es que el niño tuviera cara o, siquiera, una cabeza sobre los hombros, claro.