«DESDE LA PEQUEÑA VENTANA CON PARTELUCES DE SU HABITACIÓN, UBICADA SOBRE LA CUADRA DE LA FÁBRICA DE LADRILLOS, YAKOV BOK VIO GENTE CON LARGOS ABRIGOS QUE, A ESA HORA TEMPRANA DE LA MAÑANA, CORRÍA HACIA ALGUNA PARTE, TODOS EN LA MISMA DIRECCIÓN» (BERNARD M