La filosofía comienza con el asombro, afirma Aristóteles al principio de su Metafísica. La originalidad de esta historia de la filosofía radica en la nueva ordenación que propone, al estudiar el desarrollo de la filosofía en Occidente, más que a partir de sus tesis principales, desde la naturaleza misma de su quehacer: el asombro, la capacidad de acercarse con impulso despierto y vivo a la interrogación. La historia de este impulso, puerta abierta al conocimiento desde los presocráticos hasta Jaspers, es la que Jeanne Hersch nos presenta en este libro deslumbrante que se convirtió muy pronto en importante obra de referencia.