Don Fernando, regente de Castilla y rey de la Corona de Aragón, es una de las figuras clave para entender la historia de los reinos hispánicos más allá de los primeros decenios del siglo xv. Su etapa como corregente de Castilla durante la minoría de Juan II estuvo marcada por las campañas militares de 1407 y de 1410, la última de las cuales le proporcionó su conquista más sonada, Antequera, cuyo nombre irá asociado al suyo desde entonces, pero también está vinculada a su control casi absoluto del gobierno de Castilla y al encumbramiento que logró para sus descendientes. De segundón del linaje regio de Castilla a rey de la Corona de Aragón mediaba algo más que un paso. Don Fernando, aparte de sus innegables virtudes políticas y militares, se benefició de un conjunto de circunstancias difíciles de dar: la muerte sin descendientes legítimos del rey Martín I el Humano, su tío; el apoyo del pontífice Benedicto XIII, el respaldo de parte de la nobleza de la Corona de Aragón, la inhibición de otros reinos peninsulares y de Francia en la sucesión, la potencia económica y militar del reino castellano, la fidelidad de sus servidores o su predominio en el gobierno de Castilla.
Su nombramiento como rey de la Corona de Aragón en la célebre Sentencia de Caspe, polémico ya en aquellos momentos, lo convierte en el hombre más poderoso de la península ibérica, pues también seguía ejerciendo la regencia en Castilla, hacia donde nunca deja de mirar y de donde siempre contará con ayuda. En su corto reinado tuvo que hacer frente a la rebelión del conde de Urgel, a los deseos independentistas sicilianos y a los problemas existentes en Cerdeña. Don Fernando siguió la política promediterránea de sus predecesores poniendo sus miras en Italia, lo que reforzó su alianza con Benedicto XIII, se entusiasmó con una posible alianza con Inglaterra y trató de casar a sus descendientes con los herederos de todas las coronas cristianas de la Península. Su implicación en el problema del Cisma de la Iglesia fue decisiva en la solución final, que él no alcanzaría a ver.
Esta biografía de don Fernando el de Antequera, basada en una amplia investigación de su vida y reinado, intenta ofrecer al lector no solo el horizonte político peninsular e incluso adentrarse en el continental, sino su compleja personalidad o la utilización que se ha hecho de su figura.