Las hadas del agua son las criaturas más tímidas que existen. Nadie las puede ver, nadie sabe dónde viven ni lo que hacen. Se esconden en lo más profundo del bosque, en lugares donde hay fuentes o arroyos, ya que necesitan el contacto del agua para vivir. Les encanta oservar a las pequeñas crías de los animales. Pero aún hay algo que les gusta más: los bebés humanos. Una vez una mujer vio flotando en un charco una hoja que brillaba de una forma tan maravillosa que la cogió con cuidado. Ella no lo sabía, pero era una hada del agua, y que se puso muy contenta cuando descubrió que en la casa había un bebé. Y pasó tres noches alrededor de él. Y cuando por fin el hada del agua se tuvo que marchar le dejó un regalo.