Un año después del accidente de Jamie, parece que todo el pueblo lo ha superado y sigue adelante con su vida.
Sarah, sin embargo, no consigue quitarse de encima ni el sentimiento de culpa ni esa "neurona borde" que se apodera de ella cada vez más a menudo. Sus padres no la entienden, sus notas empeoran, la relación con su novio se enfría... Y, por si fuera poco, el hermano de Jamie no deja de preguntarle cómo fue el accidente.