Lothar los mata ahora con un punzón, apurando la última mirada de sus víctimas, pero no es un asesino. El miedo le impide quedarse dormido: teme que si pierde la consciencia no vuelva a despertar, y por ello intenta familiarizarse con la muerte, para perderle el miedo y dormir al fin. Elige sus víctimas entre gente que no pueda guardarle rencor por quitarles la vida, gente sin importancia, gente triste o amargada. Es un buen año para encontrar gente triste: en 1923 Alemania pasa por la mayor crisis económica que jamás ha conocido Europa, un millón de personas han muerto de hambre y frío, y comienza el ascenso del nazismo. El comisario Müller tendrá que enfrentarse a la vez a los intentos golpistas de los nazis, los saqueos de los hambrientos y los crímenes del punzón, que tanto empiezan a interesar a la prensa. En El gris, Javier Pérez nos sumerge en la turbulenta Alemania de entreguerras.