Ray Lennox es un inspector de la policía de Edimburgo que ha resuelto un atroz caso de asesinato. Ahora debe tomarse unas vacaciones quiera o no, puesto que mostró una desesperada implicación en el caso y, posteriormente, sufrió una severa depresión. Lennox viaja con su novia Trudi a Miami, se olvida de la cocaína y el alcohol, e intenta volver a la normalidad tomando antidepresivos. Tras una discusión con Trudi, Roy se mete en un bar y empieza a beber vodka sin freno. Se le acercan entonces dos mujeres, Starry y Robyn, con cocaína y muchas ganas de fiesta. Los tres acaban en el piso de Robyn, y cuando están en plena juerga –e intentando no despertar a Tianna, la hija de Robyn–, llegan dos amigos de las mujeres. Uno de ellos desaparece muy pronto y reaparecerá en la cama de la niña, que grita desesperada. Y a la mañana siguiente, tras una pelea y la desaparición de la madre, Lennox se encontrará a cargo de una precoz lolita de diez años, amenazada por una poderosa red de pedófilos. «Su mejor novela en una década. Una combinación de realismo negro, sátira y agudeza psicológica imposible de imitar» (Publishers Weekly); «Uno de sus grandes libros. Una inmersión meditada y valiente en las redes de pedófilos. Tiene el tono justo, y es vigorosa, veraz, irresistible» (Euan Ferguson, The Observer); «Irvine Welsh es un sabio de la escoria, que excava y saca a la luz nuestras obsesiones más oscuras» (Nathaniel Rich, The New York Times Book Review).