En la casa de campo de la familia Tallis, la madre se ha encerrado en su habitación con migraña, y el señor Tallis está en Londres. Briony, la hija menor, de trece años, ha escrito una obra de teatro para su hermano Leon, que hoy vuelve de la universidad. Cecilia, la mayor de los Tallis, también ha regresado de Cambridge, donde no ha obtenido las altas notas que esperaba. Quien sí lo ha hecho es Robbie, el brillante hijo de la criada de los Tallis. Es el día más caluroso del verano de 1935, y las vidas de los habitantes de la mansión parecen deslizarse con apacible elegancia. Pero resuenan unas sutiles notas disonantes: hay una curiosa tensión entre Cecilia y Robbie; la hermana de la señora Tallis ha enviado a su hija Lola, una nínfula quinceañera y seductora, a casa de sus tíos; y la imaginativa Briony ve a Cecilia que sale empapada de una fuente, vestida solamente con su ropa interior, mientras Robbie la mira...
«Obra maestra» (Ricardo Ruiz, La Razón); «Llega al cénit de su creatividad» (Antonio Lozano, Qué Leer); «Síntesis magistral de verdad y poesía, de emoción e intelecto» (Andrés Ibáñez, El País).