En Madre Tierra no se canta, en Madre Tierra todo es sombra, en Madre Tierra se premia a los delatores y desaparece sin dejar rastro cualquier enemigo de la Patria. Sus habitantes viven bajo el yugo del opresivo y despiadado régimen dictatorial que controla y dirige cada uno de sus pasos, están acostumbrados a hablar entre susurros, a recelar de los vecinos, a los continuos cortes de luz, y ya ni se asustan cuando oyen el toque de queda. En Madre Tierra, la fantasía es la única vía de escape.
Pero Standish no se rinde, sabe que más allá de las infranqueables y herméticas fronteras de su país, tiene que existir otro mundo, un mundo donde la libertad y la verdad no sean solo sueños imposibles sino una maravillosa realidad.