La suerte que pueda correr una expedición destinada a hallar la mítica ciudad de Ashair poco puede importarle a Tarzán. Aseguran los rumores que allí se encuentra una gema de valor incalculable, el Padre de los Diamantes, y estimulado por esta leyenda el aventurero Brian Gregory se ha perdido en la espesura sin dejar rastro.
Sin embargo, cuando Paul Arnot, buen amigo de Tarzán, le pide que les guíe en una expedición encabezada por el padre y la hermana de Gregory, el hombre mono no puede negarse a conduciros hasta la ciudad prohibida, sin saber que les conduce quizás hacia la muerte y que el enigmático Atan Thoma, que también ha oído hablar del mítico diamante, seguirá sus pasos.