Íñigo y Laura, después de cinco años de matrimonio y tras saber que al fin esperan un hijo, deciden pasar una semana de vacaciones en las playas salvajes y solitarias de Zahara de los Atunes. Quieren descansar y -como mandan los eslóganes publicitarios- disfrutar de la vida: tomar el sol, paseos, pequeñas excursiones, chiringuitos y darse espacio, ocasión y tiempo para el deseo del cuerpo conyugal.
En su primera mañana de playa Íñigo le propone a Laura que haga topless y él mismo le quita la parte superior del bikini y, fuertemente excitado, le extiende la crema protectora por su piel. Luego se levanta, camina hasta la orilla del mar y contempla el bello cuerpo de su mujer.
De pronto, e inevitablemente, alguien se acerca.
Esta es una novela sobre el matrimonio, es decir, sobre el erotismo, la propiedad privada, el perdón y la muerte. El amor, el deseo y el matrimonio como campo de batalla.
Y por eso esta empresa editorial hace constar que en ningún caso se hará responsable de los posibles efectos colaterales que, para bien o para mal, su lectura pueda producir en aquellos lectores o lectoras que vivan en estado de matrimonio o estuvieran pensando el cometerlo. Que ya somos mayorcitos y todos deberíamos saber en qué libros, líos o matrimonios nos metemos.