Poder, dinero, conocimiento, honor y gloria, la Orden de los Pobres Caballeros
de Cristo y del Templo de Salomón se encuentra en el momento culminante de
su esplendor y muy lejos de aquellos primeros nueve caballeros que eran tan
pobres que tenían que compartir un caballo entre dos jinetes, como figura en
su escudo. Pero el poder también crea envidias y rencores entre los poderosos
de la Tierra, el rey de Francia y el papa de Roma, que van a desencadenar un
golpe mortal contra la institución y, sobre todo, contra su prestigio.
En medio de esta conspiración, el caballero Adalbert de Tannenberg, destinado
en la fortaleza templaria de Chipre, recibe el encargo de avisar al Gran
Maestre Jacques de Molay, pero sus esfuerzos son en vano y los templarios
acaban disueltos y sus dirigentes encarcelados. Adalbert consigue penetrar
en la prisión del Gran Maestre y este le encarga el traslado de la reliquia más
sagrada del Temple. Fiel a su misión recorrerá el reino de la Corona de Aragón
y entrará en contacto con los reinos árabes de la península, donde encontrará
la ayuda y la amistad que le niegan en los reinos cristianos. Pero su destino
se encuentra en Escocia, donde deberá depositar las reliquias en la capilla
de Rosslyn.
El deber y el compromiso con su Orden empujarán a Adalbert a vivir las aventuras
más osadas y a enfrentarse a los peligros más insospechados, para
regresar al fin a la paz y la comprensión del amor que había encontrado en el
Reino de Valencia.