Después de una treintena de asesinatos no esclarecidos, Jon Ayaramandi se despide de su carrera como asesino profesional para asentarse en una pequeña ciudad del País Vasco francés. Lee novelas sobre samuráis, come ostras, escucha rock y hace el amor en busca de la eternidad. Hasta que el novio de Perle, amante frustrada y ahora casi hija adoptiva de Ayaramandi, desaparece misteriosamente. Ella no lo dejará en paz hasta que lo haya encontrado. Pero Jon no cree poseer ningún talento para buscar a un individuo sin tener que matarlo.