Primavera de 1974. Un escritor famoso, inspirado en el propio autor, se encuentra en Estados Unidos realizando una gira promocional acompañado de Lynn, una joven empleada de la editorial. En esos días inician una relación muy especial y deciden pasar un fin de semana juntos en Montauk, una recóndita ciudad de Long Island. El tiempo que pasa con Lynn despierta en el escritor recuerdos relegados y aviva viejas reflexiones sobre el éxito, la vida, la muerte, el amor, sus libros y sobre cómo se ha preocupado una y otra vez de las mismas cuestiones. Montauk constituye un legado estético en el que el mismo autor se pregunta acerca del sentido de su obra.
«"Diálogo" es una palabra que para Frisch no es solo un aspecto más de su labor literaria sino una forma de vida, algo que se expresa en todo lo que ha hecho, desde su posición como ciudadano activo hasta sus obras de teatro y sus novelas.»
The Paris Review