En Con la ayuda de Dios, una mujer recién casada está sola en casa y suena el teléfono. ¿A quién pertenece la desconocida voz que coquetea con ella al otro lado de la línea? ¿Será acaso su celoso marido que quiere tenderle una trampa, o se trata de un misterioso comunicante que está al tanto de todo lo que hay que saber acerca de ella? En Títeres de Madison, una infeliz esclava de la moda descubre una puerta secreta en su tienda de ropa preferida, e insiste a los dependientes para que la dejen traspasarla; ni en su imaginación más calenturienta hubiera sido capaz de hacerse a la idea del horror que le han ocultado. Estos relatos, tan fascinantes como inquietantes, tienen que ver con mujeres que han de hacer frente a la maldad que las rodea, o que se quedan horrorizadas al tomar conciencia del demonio que llevan dentro.
Con genial perspicacia, Joyce Carol Oates nos permite comprender por qué las hembras de nuestra especie, lo mismo niñas de seis años que abnegadas esposas en apariencia o madres entradas en años, son, por naturaleza, más implacables que los machos.