«Vagarás eternamente y no descansarás hasta mi regreso.» Con estas palabras, Jesús de Nazaret, yendo camino del Calvario, condenó a un joven orfebre judío a seguir vivo hasta que él volviera al final de los tiempos. La razón para imponerle ese destino fue que le había negado un instante de reposo cuando se encaminaba hacia su ejecución en la cruz. Durante los años siguientes, aquel «judío errante» padeció la guerra con Roma en la que fue destruido el Templo, se vio obligado a abandonar su amada Jerusalén, pero, por encima de todo, se convirtió en testigo de excepción de la trágica andadura de su pueblo. El verdadero significado del Apocalipsis, la sublevación del mesías Bar Kojba, los verdaderos orígenes de la Cábala, los pogromos de 1391, el apoyo de Oliver Cromwell a los judíos, la predicación de Sabbatai Zvi, los primeros escritos de Marx, el surgimiento del sionismo de Herzl, el drama vital de Mahler, los inicios del psicoanálisis freudiano, la juventud oculta de Hitler o el Holocausto son tan sólo algunos de los jalones recorridos por el judío errante a lo largo de un vagar proyectado a través de los milenios.