Con la publicación en 1951 de Tendidos en la oscuridad, su primera novela, William Styron se colocó en la primera línea de los
escritores
norteamericanos de posguerra y obtuvo un inmediato
reconocimien
to internacional. «Pocos escritores recientes han tenido la
capacidad
de sintetizar belleza, sabiduría y narrativa como él lo ha
hecho», dijo
The New
York Herald Tribune Book Review. The New York Times calificó la novela de «triunfo de la caracterización», y el New York Times Book Review señaló
que contenía el «pasaje más poderoso de
monólogo femenino desde el soliloquio de Molly Bloom en Ulises».
El tiempo no ha hecho más que confirmar las primeras
sensaciones
de la crítica: acababa de aparecer una nueva voz que fluía
al lado de
Faulkner, Scott Fitzgerald, Truman
Capote...
Estados Unidos, primera década de los años cuarenta. Styron
nos su
Merge en la historia de una familia, bien situada
económicamente,
anclada en una educación decimonónica frente a una nueva
genera
ción más moderna.
El Sur asoma oscuro y siniestro en el trasfondo de la
novela, lanzan
do su retórica bíblica, su conflicto entre una tradición
fundamenta
lista frente al escepticismo moderno con sus contradicciones
racia
les, y la industrialización de una sociedad rural.
Una novela extraordinariamente poderosa y el retrato de una
familia
que, en palabras de Sir Thomas Browne, «yace en la
oscuridad».
Durante el otoño de 1947, Styron había redactado ya
un plan bastante detallado para la novela: sabía que gi
raría alrededor de Peyton Loftis, una joven problemáti
ca de una problemática familia sureña, y sabía, o creía
saber, que la novela tendría tres partes y que cada parte
tendría de diez a quince capítulos. «Cada capítulo», es
cribió en su descripción del proyecto, «estará precedi
do de un monólogo, directo o interior, diseñado para
echar luz sobre Peyton y su historia». Aprendiz en bus
ca de maestros, Styron se había visto seducido por
Faulkner, que ya para este momento era una leyenda
viva de la literatura sureña, y las primeras páginas de
El ruido y la furia -la
narración desde la mente del
idiota Benjy Compson- sirvieron de modelo para
Maudie Loftis, la hermana retrasada de Peyton. No son
pocos los paralelos entre los dos personajes: los dos tie
nen padres alcohólicos, los dos tienen madres neuró
ticas, los dos tienen una hermana que sirve de eje a la
historia de su familia. Styron terminó de redactar el
monólogo de Maudie antes de las fiestas y se lo presen
tó a Haydn. Y luego se preguntó por dónde (diablos)
debía continuar.
Fragmento del epílogo de Juan
Gabriel Vásquez