Sin duda alguna, la imagen más conocida de los sucesos del 4 de junio de 1989 en la Plaza de Tinanmen es la de un joven desafiando y deteniendo el paso de un tanque. Este poemario de Liu Xiaobo viene a ser el complemento en verso de la valentía, denuncia y resistencia de ese joven emblemático entre tantos que arriesgaron y entregaron vida y libertad, precisamente para defender el derecho a una vida libre de toda tiranía.
Ira, frustración, tristeza, desesperación, pero también esperanza y determinación: toda la gama de emociones humanas frente a la injusticia encuentran aquí una expresividad que aúna en unos versos de ritmo e imaginería impactante poesía y testimonio: poesía necesaria y testimonio imprescindible en el anhelo de dignidad de un pueblo que es un ejemplo de la lucha por los derechos humanos y civiles.