El cielo como destino. 50 lugares de la geografía española desde los que la contemplación del cielo, los astros y aves que contiene o enmarca y el sol que los ilumina, constituye una experiencia única y maravillosa. El libro se divide en cuatro apartados dedicados, respectivamente, a los destinos astroturísticos (observatorios abiertos al público o enclaves de visibilidad nocturna extraordinaria), orniturísticos (espacios naturales de gran riqueza en avifauna), a los miradores (accidentes naturales o creados por el hombre para escrutar el paisaje) y un último apartado, el sol en el horizonte, que hace recuento de algunos de los lugares con los más bellos amaneceres y atardeceres en nuestro país.
En España podemos presumir del cielo, un elemento natural que, al fin y al cabo, rodea nuestro planeta por igual. Pero es nuestro país el que encabeza a nivel mundial la lista de reservas y destinos turísticos certificados por la calidad de sus cielos nocturnos. Y qué decir de los cielos diurnos españoles, sobre los que sobrevuelan centenares de las especies de aves más preciadas del planeta gracias a la privilegiada posición biogeográfica de España, su diversidad regional y el hecho de que numerosas especies migratorias invernan o nidifican en los humedales peninsulares, convirtiendo a España en líder europeo en número de especies protegidas y zonas naturales de singular relevancia para la conservación y observación de la avifauna. Sobran además en nuestro país, de accidentada orografía y extenso litoral, collados, altozanos, cañones, montañas, cabos, promontorios, acantilados o playas desde donde basta alzar la vista para contemplar cielos de una belleza sobrecogedora pintados por la naturaleza al albur de unas muy variadas condiciones meteorológicas.