Las vidas de Cat y Ted se cruzan en el momento en que ella se encuentra en pleno tránsito hacia la adolescencia y él inicia una huida hacia delante para dejarla atrás. Proceden de ambientes muy distintos: a sus 14 años, ella ha vivido una infancia acomodada y sin carencias; a punto de cumplir los 18, él afronta problemas económicos y afectivos derivados de un entorno complicado. La hipersensibilidad de ella se enfrenta al hermetismo y el desencanto de él. La relación irá tomando cuerpo, con avances y retrocesos, episodios marcados por la desconfianza y momentos brillantes que apuntan, quizá, a un futuro esperanzador.