Las investigaciones arqueológicas en el Oriente, ya desde el siglo XIX, siempre han ido acompañadas de un entorno de aventura y riesgo. Pero más allá de la historia anecdótica y romántica, los arqueólogos nos han descubierto multitud de ruinas y valiosos objetos, que permiten reconstruir el mundo en que se desarrolló la historia bíblica.
Los belicosos filisteos, la bien defendida y lujosa ciudad de Samaría, capital del reino de Israel, la vieja y sagrada Jerusalén, todo ello en el entorno del Antiguo Testamento, van desfilando por las páginas de este libro. Igualmente otros lugares íntimamente relacionados con Jesús de Nazaret, como Cafarnaúm, Cesarea de Filipo, Jericó y, sobre todo, el mítico templo de Jerusalén.
Pero ¿qué nos dicen de la Biblia todas estas excavaciones? ¿Cuantos desafíos nos plantean? ¿Qué retos quedan al descubierto?