La literatura de crímenes, unas historias que han seguido diversos caminos a lo largo de los años, ha configurado un macrogénero que incluye todo tipo de subgéneros y corrientes. En este primer volumen, dedicado a la época clásica de la novela negra y policíaca —concretamente desde los orígenes hasta la década de los setenta del siglo pasado—, pasamos revista a diferentes etiquetas: desde la novela de enigma, los detectives de sillón, la policíaca metafísica, el caso de la habitación cerrada, el ladrón de guante blanco y los genios del mal, la novela problema; pero también la policíaca psicológica, el detective hard-boiled, la novela de delincuentes, la carcelaria, la psicología criminal y el noir, la procedimental, la novela de espionaje, la novela crónica y el suspense y el thriller, entre algunas de las más destacadas. En sus manos tiene un libro que pretende aclarar la evolución terminológica tan debatida entre los aficionados del género.