Ozymandias y el Comediante afrontan dos grandes decepciones directamente relacionadas con el paso del tiempo: por un lado, la fallida reunión de los Crimebusters, convocada para perpetuar la herencia de los Minutemen, en la que Adrian Veidt termina encontrando incentivos renovados contra todo pronóstico; por otro, el frustrante regreso de Edward Blake de Vietnam y su implicación directa en los conflictos sociales de los EE.UU. de la época, con cuyas generaciones más jóvenes choca frontalmente. Ese idealismo de una era distinta es el que encarna Laurie Juspeczyk, la nueva Espectro de Seda, que al huir de la sombra de su madre, Sally Jupiter, da comienzo a sus propias aventuras con un viaje alucinógeno al San Francisco de los años sesenta... donde, inmersa en otra vida y en un entorno hippie al que parece incapaz de renunciar, descubrirá que quizá no esté tan lejos de su legado como creía.
La niñez, la adolescencia y el tránsito a la edad adulta de uno de los principales personajes de Watchmen, la segunda Espectro de Seda —que a imagen y semejanza de una heroína clásica de DC Comics, Canario Negro, recibe su título a través de los años—, eran episodios prácticamente desconocidos... hasta que Darwyn Cooke (JLA: La nueva frontera) y Amanda Conner (Power Girl) los relataron en la miniserie de Antes de Watchmen que empieza a recopilarse en esta cuarta entrega del coleccionable y además conecta su historia sin fisuras con lo narrado por Alan Moore y Dave Gibbons en la obra original.