Dice la ¿sabiduría? popular que «ojos que no ven, corazón que no siente». Tal vez a dicha expresión se la considerara sabia en otros tiempos, más antiguos y aparentemente inocentes, porque podía ser parcialmente cierta; la información que recibíamos se circunscribía a nuestro entorno más inmediato. Sin embargo, el grado de interrelación actual gracias al boom de la tecnología nos ha dejado sin excusas. Conocemos los hechos.
Tráfico humano, limpieza étnica, violación masiva, tradiciones que perpetúan el clasismo asignando artificialmente al valor de las personas... ¿Vamos a dejar que continúe? ¿Por qué en el pasado lo hemos permitido y por qué aun hoy en muchos casos seguimos haciéndolo? En el presente ensayo se abordan estas y otra serie de cuestiones incómodas pero que se antojan imprescindibles de plantear en pos de un mundo más justo. Para mejorar,dicen, primero tienes que enfrentarte a tus miedos.
Este libro hace precisamente eso con la esperanza que de ello salgamos fortalecidos.