Nuestra sociedad afronta una pandemia sin precedentes en la historia moderna que está modificando los hábitos de vida de millones de personas y que, con toda probabilidad, los modificará durante años. Dentro de esta excepcional situación, el ámbito educativo está siendo especialmente castigado con un cierre de colegios y universidades que ha obligado a alumnos de todo el mundo a proseguir sus estudios desde sus casas de forma telemática.
Sin embargo, no resulta tan evidente que este sistema de enseñanza pueda suplir los múltiples factores que influyen en la educación de los niños durante sus primeros años de vida, y los fundamentales procesos de socialización que adquieren al acudir a escuelas y jardines de infancia. El aprendizaje en estas etapas no se nutre principalmente de enseñanzas académicas, sino que representa un proceso de descubrimiento determinado por los estímulos recibidos del entorno y asimilado a través de los cinco sentidos. Por este motivo, la arquitectura y el diseño resultan fundamentales en la construcción de contextos amables y acogedores que estimulen la creatividad, y para que los niños puedan relacionarse y desarrollar su personalidad.