Si en su ciclo de "Viajes extraordinarios" Jules Verne (1828-1905) llevó hasta los límites de la imaginación las posibilidades del progreso técnico y científico que tuvo su auge en el siglo XIX y todas sus posibilidades simbólicas y narrativas, en "Miguel Strogoff" es la aventura en estado puro la que encuentra horizontes para campar a sus anchas. Situada en la Rusia de Alejandro II, la novela atrapa desde el principio al lector y lo lleva en volandas a través del vasto e inabarcable imperio, junto con el leal correo imperial (hombre valeroso, cortés, tenaz, hábil y astuto), quien cumple su misión a pesar de la oposición y las asechanzas de los aquí malvados tártaros y del traidor Ogareff.