Hay tantas películas que han sido menospreciadas, tantas películas que no han podido alcanzar las páginas ni de las revistas prestigiosas ni de las especializadas; tantas maravillas, en fin, que pasaron de largo por las pantallas y que ahora, cuando surgen, sin previo aviso, en nuestros televisores a horas intempestivas, nos dejan con una extraña sensación, entre alegre nostalgia y jubilosa melancolía.