Pedro Romero, un ciudadano normal y corriente de Terrassa y trabajador en la hostelería, un mal día se envolvió en un ?trapicheo? de drogas que terminó con una condena a casi cuatro años de cárcel en una de las penitenciarías más crueles y en peores condiciones del planeta: la cárcel Modelo de Bogotá.
Desde el primer día preso, Pedro decidió tomar nota de todo, de articulos que leía, de experiencias y reflexiones que fue sacando clandestinamente de la cárcel.
Ese fue su camino elegido para reinsertarse, y éste es el resultado.