Pocos son los datos que tenemos de los viajes que Sigurd Lewerentz hizo a Italia. De entre los documentos de su legado que depositó en el Museo de Arquitectura de Estocolmo, unas cajas contenían unos negativos envueltos en un papel ya quebradizo por el paso del tiempo. En estas imágenes de Italia apenas se reconocen lugares, y revelan una manera enigmática de aproximarse a los restos de la Antigüedad, centrada en los detalles, los materiales y las texturas, que pueden ayudarnos a entender la obra del gran arquitecto sueco.