»A fuerza de kilómetros horadando la belleza de la Tierra nuestra Madre, me di cuenta de que escribir y compartir era otro aspecto grato del Camino. Las notas al pie de la Senda se fueron convirtiendo en parte indispensable del peregrinaje. Camino en solitario, pero no camino solo. El blog de notas fuera de la mochila y siempre a mano me hace sentir acompañado. En cada descanso he ido volcando lo que no me cabía dentro. Los árboles en los que me recostaba fueron los primeros en saber de estas íntimas confesiones. Ahora llega vuestro turno…
»Escribir era tal vez el arte de buscar a Dios con un lápiz entre los dedos, tantas veces temblorosos. ¿A la vuelta de tanta letra escrita, será la verdadera literatura un compartir de los soliloquios con la Divinidad que nos habita, con el Dios que juega al escondite entre las ramas de un Camino que nos colma?
»Intentar compartir ese placer de los ojos blandos, del corazón abierto y de la mochila al hombro es la fundamental motivación de este breve libro. ¡Ojalá sea también, amigo/a lector/a, nutricio para tu alma!»