La identidad propia siempre ha sido objeto de interés y de controversia.
Vivimos en una época, de multiplicidad de pantallas, donde impera la
presencia del relato subjetivo y el refuerzo del yo. Por ello es especialmente
interesante adentrarse al yo desde el ámbito de la serialidad televisiva,
que quizás ha sido la pantalla que más revoluciones narrativas sobre este
terreno está reflejando en los últimos años, quizás por su capacidad para
mutar como espejo social, de lo que somos como individuos y sociedades.
La ficción actúa como espejo para el espectador en el que se reflejan las
múltiples derivas ontológicas, los cambios en las dinámicas sociales, entre
otros muchos aspectos, a la v