“Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo…”, afirmaban Marx y Engels en el Manifiesto comunista. Pero este no era el único fantasma en recorrer el continente en el siglo XIX, el del nacionalismo también se paseaba por las tierras europeas. La preocupación de Marx y Engels se centraba en cómo avanzar hacia el comunismo, que entendían que sería el resultado de la lucha de clases, en la que la clase desposeída de todo sería capaz de trasformar la sociedad una vez que accediese al poder. Por lo tanto, su foco de atención eran las clases sociales organizadas en torno a las relaciones de producción. Las naciones, en tanto que artefactos cultural-políticos, no eran su objeto principal de estudio, pero, obviamente, como pensadores de su tiempo, alertas a lo que ocurría en su entorno, también se refirieron a la nación y el nacionalismo. Pero el hecho de que la preocupación por el estudio de la nación fuera secundario para ambos implica que muchas de sus opiniones eran coyunturales, por lo que los marxistas posteriores tienen posiciones diferentes, y a menudo encontradas, sobre la nación.
Los distintos capítulos de este libro muestran que está lejos de existir una teoría marxista unificada de la nación. Por un lado, se recogen las principales interpretaciones sobre la relación entre marxismo, nación y territorio en Europa —particularmente en España— y en América Latina, y por otra, se plasman perspectivas sobre la articulación entre nación y territorio —también en particular en España— desde diferentes miradas marxistas.