Después de un accidente a caballo, Nicholas se despierta en una enorme villa, sin memoria. No reconoce a nadie, ni al conde moran, su padre, NIA Christopher, un sirviente que parece odiarle. Está rodeado por raros e inquietantes conejos y resulta ser la única persona capaz de ver los. Paseando por las enormes salas vacías, una noche se cruza con una chica misteriosa, quizás la única con la que comparte sus raras visiones. ¿Puede que la chica sea un fantasma?