El colapso es un declive rápido, incontrolado, inesperado y ruinoso. A lo largo de la historia, los colapsos económicos han acompañado el ocaso y la desaparición de imperios o civilizaciones enteras. La humanidad también ha vivido colapsos causados por el hambre y la peste, y lo mismo ha ocurrido con la explotación de recursos minerales, que ha acabado con regiones enteras. Hoy en día nos enfrentamos a la ruina de nuestra civilización y, quizás, a la de todo el ecosistema terrestre a causa del cambio climático y el agotamiento de los recursos.
Pero ¿qué causa los colapsos? ¿Por qué se producen inesperadamente? La ciencia moderna, al igual que la filosofía antigua, explica que el colapso no es un error, sino una característica del universo: la entropía, base del segundo principio de la termodinámica. Pero la buena noticia es que lo que parece un colapso puede no ser más que el paso a una nueva condición mejor que la anterior. Ugo Bardi propone la “estrategia Séneca” como la manera de afrontar el colapso, cuya idea básica es que los intentos de evitarlo tienden a empeorarlo y que consiste en no oponerse a la tendencia del sistema a ir en una determinada dirección, sino en dirigirlo de tal manera que no llegue a producirse. La clave de la estrategia es evitar que el sistema acumule tanta tensión que luego se vea obligado a descargarla de forma brusca.