Después de toda la vida juntas, Dani se marcha a estudiar fuera y Robin se queda en su pequeña ciudad. Las dos saben que estar separadas no será fácil, y seguir creciendo la una sin la otra, entre un montón de gente nueva y cientos de experiencias por estrenar, les da un poco de miedo.
Se enfrentan a su nueva relación a distancia con cara de valientes y confiados «vamos a estar bien», pero con el paso del tiempo sus inseguridades se hacen más grandes y sus discusiones al teléfono el doble de frecuentes.
Lo que siempre había sido fácil deja de serlo y, entre un montón de videollamadas, despedidas y desencuentros, las dos comenzarán a preguntarse: ¿puedes ser un «para siempre» ya a los dieciocho?