Allí donde el discurso lógico es incapaz de transmitir la experiencia de la unión con lo divino y donde el discurso literario suele quedarse muy corto, san Juan de la Cruz sí logra ejercer un impacto en el lector.
Combinando erudición, sensibilidad y un profundo discernimiento, Emilio Carrillo nos invita a saborear un pedazo del Cielo en la Tierra y nos motiva a seguir los pasos de los místicos de todos los tiempos para que hagamos realidad el fin último de la existencia humana: el retorno al Hogar, al Origen, al Amor del que todo emana y que todo lo sostiene.