Pocos lectores saben que algunas de las más hermosas fábulas del mundo, desde Cenicienta hasta El gato con botas, antes de acabar en las páginas de Perrault y los hermanos Grimm, donde todos las descubrimos de niños, fueron recogidas de las tradiciones orales por el napolitano Giambattista Basile, quien las publicó a comienzos del siglo XVII en el dialecto barroco napolitano.
El Pentamerón fue definida por Benedetto Croce como «el más antiguo, el más rico
y el más artístico de todos los libros de fábulas populares» y por Italo Calvino como «el sueño de un Shakespeare napolitano». Aún hoy, cuando la mayor parte de sus páginas se han integrado en nuestra mitología íntima, este libro amable y brutal, tierno y plebeyo, sabio y popular, sigue siendo una obra maestra casi desconocida.