Para José Ortega y Gasset, la cultura es «el sistema de las ideas vivas que el tiempo posee»; lo contrario, por tanto, del adorno y del ornamento. Cultura es el aire que respiramos. Todo lo que conforma nuestro tiempo es, en sentido extenso, nuestra cultura. Una parte de ella se manifiesta a través del arte: literatura, pintura, cine, teatro, música, danza, etc., son vasos comunicantes de un mismo magma cultural, capilares por los que el individuo entra en contacto con los creadores de todo tiempo y lugar. Informar con veracidad, orientar con rigor y formar espíritus críticos requiere del periodismo cultural, del especialista que es, a un tiempo, reportero, cronista y prescriptor. A ellos se dirige –no solo, pero sí específicamente– este volumen.
La cultura representa, además, un importante sector económico en España; su contribución al PIB nacional es siempre considerable. Pero más allá de argumentos monetarios, la cultura se alza como uno de los grandes motores del progreso social. Con todo ello resulta casi inevitable que las naciones desarrolladas inviertan en la formación de profesionales en este campo. El presente volumen persigue esa formación, al exponer con un lenguaje técnico pero accesible cómo organizan su trabajo los profesionales vinculados con las distintas áreas del periodismo cultural, desde el crítico literario al periodista de viajes, pasando por el crítico de arte, el periodista musical, el crítico teatral y el experto en información cinematográfica.