Julia solo quiere formar parte del equipo y tener amigas, un grupo que le apoye. Pero cuando Marina, la capitana del equipo, hace trampas en una competición sabe que no puede quedarse callada. Después de contárselo a la entrenadora, Julia deja de ser Julia y se convierte en una traidora, una chivata. Marina solo quiere ganar. Demostrar a todo el mundo que ella es la mejor. El equipo es su vida, su futuro, y aprovecharse de un pequeño error del juego para conseguir la victoria hace que todo salte por los aires y, de un día para otro, lo pierde todo. Tiene claro que no puede hacer como si nada: Julia debe pagar por sus actos. Una historia sobre el bullying contada desde dos ángulos opuestos: el de la víctima y el de la acosadora.