Que la escuela no sólo ha de favorecer aprendizajes académicos es, hoy día, una cuestión cada vez más aceptada. La propuesta de educación basada en el desarrollo integral de las personas se extiende entre educadores y aparece como demanda social en muchos países, como vía de desarrollo de la convivencia madura y responsable. Este enfoque de la educación requiere el cuestionarse actuaciones educativas enraizadas en la tradición racional y academicista, donde las emociones y los sentimientos no han tenido cabida, y requiere, tal vez, repensar la escuela. En este sentido se ofrecen, en este libro, elementos para promover la reflexión entre los educadores. Esta obra presenta también propuestas -orientaciones, estrategias y actividades- encaminadas a planificar acciones sistematizadas que faciliten el crecimiento personal del alumnado. Todo ello presentado en cuatro grandes bloques temáticos: autoestima, gestión de emociones y sentimientos, empatía y resolución de conflictos.