Las mujeres, más que los hombres, han mostrado históricamente el deseo de establecer una relación vital con las cosas que hacen y con el saber que reciben. Para no perder este contacto han renunciado a la abstracción pura y a las verdades universales, así como al poder que éstas comportan. Se ha tratado por parte de las mujeres del propósito de conseguir mantener la relación entre el pensamiento y la experiencia. En el texto está implicita una crítica a la civilización de la técnica y de la ciencia, tal como está establecida, partiendo en este caso de un sentido más amplio de la ciencia, que sepa dar espacio a la riqueza del saber, que cada caso individual ofrece en toda su singularidad. En definitiva, la ciencia y la técnica "civilizadas" promueven saberes independientes y separados del vivir común. Se propone, en cambio, un saber que toma cuerpo con la experiencia y con la práctica.
El libro es fruto de un seminario que planteó estas cuestiones y se desarrolló de la siguiente manera: cada lección fue llevada a cabo por dos mujeres. La primera, la invitada, era la más importante, no era ni una especialista, ni una erudita, estaba allí por el hecho de poseer una riqueza de saber inseparable de su condición personal y del recorrido de su propia experiencia; una ama de casa, una conserje, una enfermera, una psicoanalista, una militante política, una sindicalista y una maestra de escuela. La segunda era una integrante de Diotima que hacía de contrapunto.
Diotima es una comunidad filosófica femenina que nació en torno a la Universidad de Verona en 1984. Las mujeres que la forman no son todas académicas, pero todas están interesadas en la filosofía y en la fidelidad a una visión propia de las cosas. Diotima ha publicado ya varios libros, entre los que encontramos traducidos al castellano Más allá de la igualdad (1995), Traer al mundo el mundo (1990), El pensamiento de la diferencia sexual (1987).