«El 1 de octubre de 2009 me diagnosticaron cáncer de mama. Las pruebas iniciales determinaron que el tumor era muy agresivo, por lo que había que combatirlo de forma inmediata. Esta situación no entraba en mis planes, al fin y al cabo yo no pertenecía a ningún grupo de riesgo y mis hábitos de vida siempre habían sido saludables. A pesar del vértigo inicial no había tiempo que perder, así que tomé dos decisiones: luchar contra la enfermedad con todos los recursos posibles, y vivir esta “guerra” de una forma consciente, serena y llena de esperanza...»